Convertirse en Líder: Actuar, Primero, Pensar más Tarde
Hace unos meses tuve la oportunidad de participar en la cohorte del Instituto de Desarrollo de Liderazgo Multiétnico 2019. Este instituto es uno de los muchos que ofrece el Consejo de Colegios y Universidades Cristianas (CCCU). Aunque esta oportunidad fue una gran fuente de inspiración para mi viaje de liderazgo, este artículo no se centra en la experiencia misma. Sin embargo, este artículo se centra en uno de los recursos de liderazgo que se nos dio: un libro titulado Actuar como un líder, pensar como un líder de Herminia Ibarra. Lo que sigue es un breve extracto junto con algunas formas prácticas en que he puesto en práctica sus ideas y conceptos.
Este trabajo se basa en la premisa de que actuar como un líder dará lugar a oportunidades para pensar más como un líder. Esto se logra al aumentar lo que Ibarra llama el “Principio de visión”, que sostiene que la única forma de pensar como un líder es actuar primero: sumergirse en nuevos proyectos y actividades, interactuar con personas muy diferentes y experimentar con forma desconocida de hacer las cosas.
En otras palabras, el Principio Externo afirma que uno se convierte en un líder de afuera hacia adentro. Este principio les pide a aquellos que quieran ingresar a capacidades de liderazgo más altas para redefinir tres componentes principales de su vida: sus trabajos, sus redes y ellos mismos.
Redefiniendo su trabajo
Ibarra afirmó que el liderazgo está “dirigido a crear un cambio en lo que hacemos y cómo lo hacemos”, cuya gestión, por el contrario, se define al “hacer el trabajo de hoy de la manera más eficiente y competente posible dentro de los objetivos, procedimientos y objetivos establecidos” y “estructuras organizacionales ”(p. 36). (He escrito sobre esto en un artículo titulado De Gerente a Líder). Ella presiona al lector que quiere crecer en capacidades de liderazgo para pensar en dedicar más tiempo a cuatro áreas: 1) Puentear a través de diversas personas y grupos; 2) Visualizar nuevas posibilidades; 3) Participar en el proceso de cambio; 4) Encarnando el cambio. En consecuencia, participar en estas áreas ayudará a redefinir el trabajo de uno al crear oportunidades para nuevas perspectivas, experiencias y proyectos. En las propias palabras de Ibarra, “Visualizar el futuro es un proceso mucho más dinámico, creativo y colaborativo de imaginar una transformación en lo que hace una organización y cómo lo hace.”
A mi regreso, he sido mucho más intencional al considerar mi papel en el plan institucional más amplio. Luego busqué formas de asociarme con los departamentos en iniciativas que crean oportunidades para la colaboración entre departamentos. En el proceso, me he posicionado para participar en el proceso de cambio para otras oficinas. Tengo un cambio más entusiasta y estratégico, que mi rol actual y mi cargo son la encarnación misma.
Redefiniendo su red
Como consecuencia de llegar a todos los departamentos y unir esfuerzos para lograr el cambio, mi red se ha expandido dentro de la organización. Sin embargo, Ibarra argumenta que esto no es suficiente. Ella describe tres tipos diferentes de redes: operativas, personales y estratégicas. El primero se refiere a las personas de las que dependemos para realizar nuestro trabajo. El segundo es donde viven familiares, amigos y aquellos en quienes confiamos para recibir consejos. El último, argumenta Ibarra, “le brinda una ventaja conectiva: la capacidad de reunir información, soporte u otros recursos de una de sus redes para obtener resultados en otra” (p. 86). Ibarra afirmó que los “líderes efectivos crean y usan redes para aprovechar nuevas ideas, conectarse con personas de diferentes mundos y acceder a perspectivas radicalmente diferentes.”
A mi regreso, y a través del proceso de discernimiento de lo que sigue en mi viaje profesional, comencé a ver una brecha en mi red estratégica. Mi deseo de contribuir a un campo académico específico y a un cuerpo de literatura me ha exigido hacer crecer esta red. Desde entonces, me he acercado a aquellos que considero líderes de opinión y voces valiosas, y he buscado grupos y eventos que me ayudarán a hacer crecer mi red estratégica. Por supuesto, este esfuerzo particular no coincidió específicamente con mi rol actual. ¿Pero quién dijo que tenía que ser así?
Redefiniendo tu ser
Naturalmente, el último punto me llevó a experimentar la necesidad de ser más genuino conmigo mismo y con mis aspiraciones profesionales. Ibarra describe dos perfiles que ayudaron a preparar el escenario para definir cómo redefinirse. El primero, el Camaleón, o las personas “que son naturalmente capaces y están dispuestas a adaptarse a las demandas de una situación sin sentirse falsos” (p. 123). El segundo, el fiel a sí mismo, que describe a aquellos que están “pegados a comportamientos y estilos que les funcionaron en el pasado” (p. 127). Ibarra afirmó que “uno de los motivadores más importantes en cualquier comportamiento es la creencia de que es una expresión fundamental de nosotros mismos.Por lo tanto, existe una tensión entre nuestras acciones y cómo percibimos que esas acciones encajan con nuestro ser auténtico.
Ibarra hace un gran trabajo al describir los desafíos de entrar en nuestras identidades profesionales con un mayor sentido de autenticidad. Desafortunadamente, ella no asume los desafíos de la experiencia de las minorías desde una perspectiva cultural/étnica. Esto me dejó pensando en cómo podría “ser más juguetón conmigo mismo” en medio de mi identidad cultural y étnica. (He escrito sobre los desafíos y las inseguridades que he enfrentado en un artículo titulado Por qué uso un traje todos los días: una historia de vulnerabilidad). Desde entonces he contactado a líderes que admiro y respeto para pedirles su perspectiva desde una minoría cultural/étnica y una experiencia de género. Sus ideas sobre cómo abordan la incorporación del liderazgo a través de su cultura/etnia y género han sido inspiradoras, por decir lo menos. Hay mucho que decir sobre esto, pero lo guardaré para otro momento.
Conclusión
En resumen, actuar como un líder, pensar como un líder es un recurso valioso para los líderes que sienten la necesidad de asumir roles de liderazgo que los desafíen más allá de sus capacidades actuales. Lo más apropiado es resumir este artículo en las palabras de Ibarra: cuando internalizas un cambio, se fundamenta, real y tangible, en tu experiencia directa y se basa en nuevas autodefiniciones. Las visiones se convierten en percepciones.
¡Mucha suerte, compañeros líderes emergentes!
Referencias
Ibarra, H. (2015). Actúa como un líder, piensa como un líder. Boston, MA: Harvard Business Review Press.